miércoles

Efectos del azúcar


Por suerte encontré un lápiz y un papel a mano, acabó de despertar y me encuentro con una zanahoria gigante parada en la puerta de mi habitación, después de gritar intensamente, aburrida de que nadie me prestará ayuda, me levanté algo ofuscada, tomé lo que tenia más a mano, en este caso mi guitarra, y comencé a golpearla con todas mis fuerzas. Cuando por fin la vi en el suelo, me detuve a observar viendo que de su estomago salían pequeñas zanahorias de colores, púrpuras, marrón, verdes, rojas… LA MALDITA SE REPRODUCIA!, tenia que detenerla y rápido. Mientras buscaba una solución, las pequeñas zanahorias aumentaban su tamaño, entonces recordé que cuando pequeña me decían que comiera zanahorias para tener los ojos rojos, ser más inteligente y hasta más bonita. Ataqué entonces a esas zanahorias con mis dientes, fue así como acabé con todas las zanahorias malignas, que debidos a sus diversos pigmentos me dejaron los ojos color arco iris.
Ahora que me doy cuenta, estoy tirada en el suelo con el mango de la guitarra en la mano, es lo único que quedo de ella, mis ojos siguen de color café, y ni rastro de la zanahoria gigante. Lamentablemente creo que volví a alucinar…

1 comentario:

Nicolás dijo...

jajaja "lamentablemente creo que voví a alucinar" excelente final!
creo que ambos tenemos algo en común, las drogas en nuestras historias, y como no, si hacen nuestra vida más divertida!!jajaj
A mi me pasa lo mismo, nunca he podido hacer que mi viejo lea una de mis historias y mi vieja me jura de guata que las lee pero no le creo.
al final termina siendo todo tan "under" jajaj

un beso, que estés muy bien y, ya sabes, siempre es un gusto leerte.

saludos a nuestra amiga "especial"

Nicolás